martes, 12 de julio de 2011

Cuando la alumna supera a la maestra

Hoy recibí una foto con un tejido de mi hija Olga. Ella vive en Entre Ríos. No nos vemos con la frecuencia que quisiéramos, es docente, así que viaja a visitarnos en épocas de vacaciones, pero cada vez que lo hace, la casa se llena de risas, es primavera en pleno invierno y cuando se va, la casa  parece tan grande, tan sola, la casa y nosotras dos, mi hija Alicia y yo.
Pero uno tiene los hijos para la vida, para que formen sus propias familias, desde que nacen sabemos que es así, pero creo que lo más difícil que una madre debe afrontar es su partida, aunque sabemos que luego regresarán con los nietos, uno no deja de sentir ese deseo interno de tenerlos a todos juntos, como cuando niños.

Colcha tejida por Olga

 Olga no es de tejer, teje, pero no es algo que le apasiona, creo, por eso mi sorpresa al recibir su foto de un cubrepies, que luego se convirtió en cubrecamas, algo mucho más grande que el que tejí yo y más bonito, más colorido, más creativo.
Y como una zonza sentí que se me humedecían los ojos, me emocioné, ella me dijo que motivada por mi post del cubrepies le había nacido el deseo de tejer uno también, como para acompañarme a lo lejos en el tejido, de verdad sentí que la distancia no es tal, que ella está aquí, pura alegría como siempre.
Ahora, veré de que se motive así, mi hija, la que vive conmigo, aunque de verla nomás como toma las agujas me pone nerviosa, si parece que no tiene nudillos, dice que yo no tengo  paciencia, lo que creo es que no tengo tiempo para enseñarle y aprenda, con un siglo no bastaría. Ahora lee lo que escribo sobre ella y se larga la carcajada, eso tiene Alicia, no se enoja jamás, a veces me parece que si se enojara se me cerraría el mundo de a poquito, ella sabe que es así, por eso simula que todo está bien y afirma que la vida es hermosa y predica siempre "lo mejor está por venir", realmente es así, el viernes viene de visita Olga, nos estamos preparando para recibirla, "lo mejor está por venir", con su llegada, ésto se hace realidad, y será como una hora la semana que estaremos juntas, porque así pasa de rápido el tiempo, pero mejor no pensar en ello, mejor termino lo que estoy tejiendo para ella (es una sorpresa, en el próximo post, lo cuento, no quiero que se entere ahora).
Cada mañana agradezco a la vida, es una celebracíón despertarme y sentir que amo tanto a mis hijos, nietos y me quieren y me lo demuestran profundamente.
Ah, olvidaba, el próximo domingo, 17 de julio, cumplo 85 años, no lo digo abiertamente, pero ultimamente lo hago sin prejuicios, que lo que importa es cómo uno se siente con los años, yo me siento como si tuviese cuarenta  (no digo menos porque temo que no me crean, pero en realidad es así)
 Los dejo, que mañana tengo que levantarme tempranito porque voy a la  peluquería, que mi hija me vea arreglada cuando llegue y mis 85 también.


Detalle de la colcha tejida por mi hija Olga
  Un abrazo.
                                                                       Irma

1 comentario:

Anónimo dijo...

Abuela estaría bueno que pongas un post del pan y de las cosas ricas que haces así te imitan por estos pagos! jaja saludos